Monterrey escribió su nombre con letras de oro en los anales históricos del beisbol mexicano al obtener su tercer cetro de manera consecutiva en 1949.

Eso aconteció un día como hoy, 6 de octubre, cuando la novena regiomontana venció al Unión Laguna en el cuarto juego de playoff, coronándose campeones de la Liga Mexicana de Beisbol por cuarta ocasión.

Como en las tres veces anteriores, Lázaro Salazar volvió a dirigir al club, logrando la máxima hazaña de que se tenga memoria, conquistando el único tricampeonato de la liga de verano. Fue el sexto gallardete obtenido por el extraordinario cubano, su cuarto con la novena regiomontana y su tercero en forma consecutiva.

Equipo de estrellas

Salazar mostró la versatilidad en todas sus dimensiones. El antillano tuvo una destacada actuación como timonel, jugó en forma estupenda la primera base y brilló intensamente sobre el cerrito de lanzadores. Como jugador fue uno de los pilares indiscutibles para la conquista del gallardete. Al finalizar la temporada era el segundo mejor ganador del club con marca de 14-7 y una efectividad de 3.60. Con el madero lució todavía mejor, logrando el mejor promedio entre todos los integrantes del club. Su porcentaje de .342 milésimas en 55 encuentros y 120 oportunidades al bat, fue excelente.

Felipe Montemayor fue el líder natural del equipo. Fue una especie de inspiración dentro de la novena y una de sus figuras más importantes. Su aportación fue vital para la conquista del campeonato. El Clipper encabezó a los bateadores con .330 de porcentaje, 19 dobles, 6 cuadrangulares, 18 bases robadas y 62 impulsadas. Además, fue líder de triples con 13 batazos de tres estaciones.

El receptor Luis St. Claire fue otro de los pilares de la novena. El primer dominicano en la historia del club concluyó con .315 de porcentaje y 43 impulsadas. El cubano Pablo García también lució con el bat al finalizar con .298 de porcentaje, siete cuadrangulares, 66 carreras acarreadas al pentágono y 77 anotaciones, encabezando al club en ambos departamentos.

Otros peloteros destacados fueron Epitacio La Mala Torres, Felipe Burro Hernández, así como Carlos Galina, Guillermo Diablo Núñez, Leonel Aldama, el parador en corto Lou Klein y el debutante regiomontano José Bimbo Villegas, quienes ayudaron en la conquista del título.

Brilla La Coyota

La estrella de Daniel Ríos volvió a la senda victoriosa. El diestro tuvo una temporada monumental al finalizar con  21-9 en triunfos y derrotas y 3.05 de efectividad. Salazar también destacó en la lomita, al igual Francisco Dávila y Rodolfo Mulo Alvarado. Juan Guerrero y Carlos Villarreal completaron el staff de serpentineros.

Los Sultanes lograron su mejor marca de ganados y perdidos en sus 11 temporadas de competencia, finalizando con 52 victorias y 33 derrotas para un promedio de .612 milésimas.

La serie por el titulo

El enfrentamiento entre Monterrey y Torreón se convirtió en una serie de alarido, pero la superioridad de los Sultanes se hizo notable en todo momento. Al final Monterrey ganó la serie por limpia. Los regios ganaron el primer choque con Lázaro superando a Tomás Arroyo 8-5. En el segundo triunfaron 6-3 con Francisco Dávila en el cerrito de lanzadores. El tercero concluyó 9-4 con victoria de La Coyota Ríos y el último fue ganado por Mulo Alvarado, superando de nuevo a Tomás Arroyo con pizarra de 7-4.