Durante muchos años fue el jugador predilecto de la fanaticada mexicana que lo tenía como uno de sus más grandes ídolos del rey de los deportes. Lamentablemente, Fernando Valenzuela, el gran Toro de Etchohuaquila se nos ha adelantado en el viaje eterno.

El gran pitcher zurdo, quien el próximo 1 de noviembre estaría cumpliendo 64 años de edad, falleció en Los Angeles, California, víctima de una enfermedad que lo mermó considerablemente en las últimas semanas, motivo por lo cual, se había alejado de su trabajo como comentarista en español del equipo de los Dodgers, novena en la cual pasó los mejores años de su carrera en las Grandes Ligas.

Fernando cautivó a millones de aficionados a partir de la  temporada de 1981, año en que obtuvo infinidad de premios y reconocimientos como el Cy Young, Novato del Año, Pitcher del Año, Jugador del Año, todo eso gracias a su formidable demostración sobre la lomita de lanzadores. Pero eso no fue todo en la gloriosa trayectoria del beisbolista, ya que ese mismo año fue líder de ponches, juegos completos, blanqueadas, innings lanzados, obtuvo el Bat de Plata, participó en el Juego de Estrellas por la Liga Nacional, primera de seis ocasiones en que tomó parte y se dio el lujo de ganar un juego de Serie Mundial ante los Yanquis de Nueva York, para coronar una magnífica temporada y desatar la inolvidable Fernandomanía.

En 1983 obtuvo el Bat de Plata por segunda ocasión en su carrera, años después se convirtió en el primer pitcher mexicano en llegar a 20 victorias, hazaña conseguida en 1986 y en 1990 lanzó un juego sin hit ni carrera ante los Cardenales de San Luis. Por eso y mucho más, Fernando se ganó un sitio en el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, lo cual aconteció en noviembre de 2019.

Brilla en Monterrey                                                                                      

En Monterrey los aficionados tuvieron el privilegio de admirarlo en las dos ocasiones que se presentó en el Estadio Monterrey, ahora Mobil Super, en un par de jornadas históricas donde fue aclamado y ovacionado por los miles de asistentes al llamado Duelo de Titanes celebrado en marzo de 1991, en el que participó su equipo; los Dodgers de Los Angeles, Cerveceros de Milwaukee, Sultanes e Industriales de Monterrey, evento donde lo vimos lanzando, bateando y disfrutando de la formidable fiesta beisbolera.

Posteriormente lo tuvimos de regreso en la Sultana del Norte, en la confrontación conocida como La Primera Serie, evento celebrado en agosto de 1996, siendo la primera vez que una serie regular de Grandes Ligas era celebrada fuera de Estados Unidos y Canadá. En esta ocasión Fernando vestía el uniforme de los Padres de San Diego, novena que enfrentó a los Mets de Nueva York, causando nuevamente las delicias de los miles de espectadores regiomontanos y de distintas partes de la república, quienes tuvieron oportunidad de admirarlo y ovacionarlo, aquilatando recuerdos inolvidables que hoy siguen recordando con verdadera nostalgia.