Miguel Rubio escribió una historia singular en su paso por los Sultanes de Monterrey, donde estuvo a lo largo de nueve temporadas. Surgido de la Liga Pequeña Independencia, su meta era jugar algún día con los Sultanes, ahora es parte importante en la historia del club regiomontano.
Miguel nació el 10 de enero de 1980 en Monterrey y a los 18 años de edad, ya era parte de los Sultanes, obteniendo la primera victoria de su carrera. En 1999 estuvo en la organización de los Diamantes de Arizona, como parte del convenio entre ambas organizaciones y un año más tarde retornó a la escuadra regiomontana entregando cifras de pelotero grande.
Rubio tuvo una gran actuación, encabezando al Club en efectividad con 1.73, ponches con 82 y porcentaje de ganados y perdidos con 8-2 (.800), con el que encabezó a la Liga Mexicana de Beisbol, gracias a su enorme velocidad y su control sobre la lomita de lanzadores. Eso le valió ser seleccionado para participar en el Juego de Estrellas.
El joven serpentinero combinó su labor como abridor y relevista y a partir de la temporada 2001 recibió la oportunidad de ser el cerrador del equipo sultán, a lo cual, Rubio respondió acertadamente al finalizar con 18 rescates, efectividad de 1.07, 7-2 en triunfos y derrotas y 71 ponches.
Sin embargo, un año más tarde tuvo su mejor actuación en la Liga Mexicana de Beisbol al finalizar con 32 juegos salvados, siendo líder de ese departamento. Miguel tuvo una actuación monumental al concluir con 4-2, 0.84 de efectividad y 80 ponches.
Por cierto, sus 32 juegos salvados constituyeron un récord entre los relevistas de la novena regiomontana, el cual fue derrumbado posteriormente por Máximo De la Rosa en 2007, finalizando con 33 rescates.
El regio tuvo otras dos temporadas importantes. Estas fueron las correspondientes a 2003 y 2004, al finalizar con 19 y 18 juegos salvados, respectivamente. En 2005 fue el mejor pitcher sultán en ganados y perdidos con 6-1 (.857), consiguiendo el último salvamento con los Sultanes. Con ello llegó a 95 en su carrera, cifra con la cual se convirtió en el mejor apagafuegos en la historia del equipo sultán. En la actualidad ocupa el segundo lugar en juegos salvados, ya que Wirfin Obispo logró 110 en su estancia con la novena.
Miguel Rubio escribió su nombre con letras de oro en su estancia con los Sultanes de Monterrey y hoy se le sigue recordando con verdadera nostalgia.