Monterrey, N.L. (www.sultanes.com.mx / Horacio Ibarra) marzo 23, 2016.- Majestuosa y monumental, así es como se vislumbra la Academia de Beisbol ubicada en el Carmen, N.L., al arribar después de abandonar la carretera Monterrey-Monclova y recorrer cinco kilómetros de una ruta pavimentada.

El camino es serpenteante y matizado de arbustos, en lo que  aparentemente es un horizonte agreste e imposible imaginar que un poco más adelante se encuentran las instalaciones de la Universidad del Beisbol, la cual se yergue altiva, imponente, al traspasar la entrada de su barda perimetral y posteriormente finalizar el recorrido de una larga hilera de árboles reverdecidos que a manera de concierto ofrecen una alegre bienvenida a los visitantes.

Esta es la Academia de Beisbol; el lugar donde se pule el talento del beisbol mexicano en todas sus dimensiones. Aquí es donde nacen las estrellas de nuestra pelota.

Al frente de la misma y como mudo testigo de los cientos de  prospectos que han tenido oportunidad de mostrar su talento y desarrollar sus cualidades se encuentra un muro con la efigie del Ing. Alejo Peralta y Díaz Ceballos, miembro del Salón de la Fama del Beisbol Profesional de México, a quien se debe la idea de cristalizar proyectos en beneficio del beisbol mexicano aprovechando el talento de las jóvenes promesas que cada año llegan a este sitio con la finalidad de convertirse en peloteros profesionales, pero sobre todo, hombres de bien en beneficio de sus propias familias.

Así ha sido a lo largo de 20 calendarios, para lo cual se tiene presente aquella fecha inolvidable del 25 de marzo de 1996, momento mágico en el que se hiciera la declaratoria inaugural, contándose con la presencia de importantes personalidades del beisbol mexicano y de Estados Unidos, así como integrantes de la política, entre ellos el entonces Gobernador Constitucional del Estado de Nuevo León; Lic. Sócrates Rizzo García, dando brillo a ese hecho trascendental que hoy seguimos recordando con verdadera nostalgia.

La idea comenzó a tomar forma desde el momento en que terminaron las acciones en la Academia de Pastejé a principios de los años noventa.

Idea monumental

Eso aconteció en 1992, pero la decisión, perseverancia y determinación del Lic. Pedro Treto Cisneros, entonces presidente de la Liga Mexicana de Beisbol, por seguir adelante promoviendo el talento mexicano en aras del mejoramiento del circuito veraniego se puso de manifiesto.

El ahora fallecido directivo tamaulipeco tuvo en el Lic. Roberto Mansur Galán a uno de sus más fieles creyentes y principales apoyadores del proyecto que más tarde daría lustre a nuestra pelota.

Entre ambos pensaron, propusieron y estudiaron las diversas opciones posibles, analizando cual podría ser el mejor lugar para el levantamiento del edificio principal y sus campos adyacentes.

Entre los puntos importantes que se tomaron en cuenta para  determinar el sitio adecuado, este debería estar bien conectado con la finalidad de que los jóvenes prospectos al igual que los directivos y buscadores de talento tuvieran oportunidad de desplazarse en forma rápida y accesible.

Treto tuvo acercamientos con los alcaldes de diversas localidades, sin embargo, al final optó por darle seguimiento a la opción de El Carmen, N.L., donde les fueron ofrecidas 20 hectáreas en comodato con un mínimo de 50 años de vigencia.

Fue así como el 20 de noviembre de 1993 se acudió ante el Lic. Juan José Flores Rodríguez, Notario Público en ejercicio, titular de la Notaría 28, compareciendo el Lic. Pedro Treto Cisneros, Presidente de la Asociación de Equipos Profesionales de Baseball de la Liga Mexicana, D.C., C.P. Juan Filizola González, Profr. Ricardo Torres Martínez, Ing. José Maiz García, Sr. José Antonio Canales Cantú, Sr. Jorge Francisco Duéñez Zurita, Lic. Roberto Mansur Galán, Sr. Rogelio Treto Cisneros y Sr. Víctor Manuel Lozano Rendón, constituyendo una Asociación Civil.

El presidente de la Liga Mexicana de Beisbol dijo que en Asamblea fechada el 4 de marzo de 1993 se había autorizado la constitución de un Patronato Pro-Construcción del Centro de Desarrollo del Beisbol Mexicano en el municipio de El Carmen, N.L., designándolo a él para quedar al frente del Patronato y nombrar el resto de miembros del Comité Ejecutivo que fueren necesarios.

La solicitud era por el comodato de un terreno de 20 hectáreas por un término de cuando menos 50 años para efectos de construir un Centro de Desarrollo del Beisbol Mexicano, el cual constaría de cuatro campos y un edificio central para la instrucción del beisbol.

Afortunadamente las cosas se dieron en forma positiva y así pudo construirse la ahora famosa escuela beisbolera de donde han surgido infinidad de elementos que siguen dando grandeza y categoría a la pelota mexicana.

Auténtica realidad

Aquello que lucía como un proyecto lejano, hoy es una auténtica realidad que está llegando a 20 años de existencia. La Academia de Beisbol se mantiene con reglas muy bien estructuradas pensando siempre en el beneficio de los jóvenes prospectos y las diversas organizaciones que integran a la Liga Mexicana de Beisbol que recientemente festejó sus primeros 90 años de existencia.

La Universidad del Beisbol está situada en el kilómetro 20 de la carretera Monterrey-Monclova en el municipio de El Carmen, N.L., a cinco km. de distancia, hacia el lado sur.

Desde el primer momento en que se arriba a este lugar se siente uno complacido. Una larga hilera de árboles aledaña al camino pavimentado en ruta a la escuela de beisbol te ofrece una cálida bienvenida.

Desde ahí se comienza a sentir el arrebato del campo, el encanto de los árboles y el trinar de los pájaros en sus alrededores invita a disfrutar en pleno de la naturaleza que  rodea el paraíso beisbolero ubicado en tierras neolonesas.

El panorama de la Academia de Beisbol se yergue de una forma agradable ante los ojos expectantes de los visitantes.

Esta tiene una superficie de 20 hectáreas con cuatro campos de beisbol semejando un trébol de cuatro hojas.

En ella se localiza el edificio principal con habitaciones, baños y vestidores distribuidos en las dos plantas de la construcción.

En la planta baja se encuentra la cocina, el comedor y el lobby, también hay un altar, donde cada sábado se llevan a cabo manifestaciones religiosas, tratando de darle un sentido integral a la estancia de cada uno de los jóvenes beisbolistas.

En el segundo piso se concentra la mayoría de dormitorios, con largos pasillos, en la planta baja está el gimnasio, el área de enfermería y una construcción aledaña donde se alojan los ampayers.

La Academia cumple dos décadas de haberse inaugurado y en la actualidad es el gran orgullo del béisbol mexicano.